En la última década cerraron más de 50.000 empresas

El presidente de CAME enfatiza que muchas empresas se vieron forzadas a ingresar a la economía informal, lo que aumentó la carga tributaria para las que permanecen en la legalidad. Aboga por una reforma laboral que considere nuevos modelos de trabajo y leyes que beneficien a este segmento.

Alfredo González asumió la presidencia de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en abril de 2021, tras superar lo peor de la pandemia, que resultó en el cierre de aproximadamente 25,000 empresas según datos de la propia entidad.

"Muchísimas microempresas se han visto obligadas a operar en la economía informal y aún continúan en esa situación. Utilizan nuevas herramientas para sobrevivir en la informalidad, lo que ejerce presión sobre aquellas que operan legalmente", señala González.

González, quien proviene de la Federación Económica del Chaco (Fechaco) y es propietario de Centroficina, una pyme dedicada a la fabricación de muebles y equipamiento para oficinas y hogares, plantea que el sector empresarial enfrenta una crisis macroeconómica generalizada. Sin embargo, destaca la capacidad de resiliencia de las pymes argentinas a pesar de las dificultades.

En cuanto a soluciones, González aboga por una revisión del sistema tributario argentino, señalando que la complejidad y la carga impositiva deben reducirse para facilitar la operación de las micro y pequeñas empresas. También sugiere la implementación de políticas diferenciadas que atiendan las necesidades específicas de este sector.

En relación con la inflación, González destaca la capacidad de adaptación de las pymes argentinas, que luchan por mantener sus operaciones a pesar de la volatilidad económica. Su principal solicitud al gobierno es que frene la inflación, que considera el mayor desafío actual.

Hablando sobre el acceso a la financiación, González lamenta la falta de crédito bancario y la escasez de opciones en el mercado de capitales. Señala que el sistema financiero argentino está orientado hacia el sector financiero en lugar de apoyar al sector productivo, y sugiere que esta situación debe cambiar para respaldar a las pymes.

González también aborda el tema del acceso al mercado de capitales y la necesidad de que las pymes se abran a la transparencia financiera para aprovechar estas oportunidades. Subraya la importancia de la educación financiera y la digitalización de los procesos para facilitar el acceso a instrumentos financieros.

En cuanto a la disminución en el número de pymes en Argentina en la última década, González menciona la pandemia como un factor clave, que afectó a muchas empresas en situación financiera precaria. Pide que se implementen políticas diferenciadas para las pymes, especialmente en lo que respecta al sistema tributario y laboral.

Por último, González se refiere a la necesidad de adaptar las leyes laborales a los nuevos modelos de trabajo, como los freelancers en la economía del conocimiento. Plantea la necesidad de un régimen de aportes diferenciado para las pymes, ya que no cuentan con la misma capacidad financiera que las grandes empresas y sugiere que se reduzcan las cargas impositivas para este sector.

En resumen, el presidente de CAME destaca la resiliencia de las pymes argentinas frente a múltiples desafíos y aboga por reformas en el sistema tributario y laboral, así como por el acceso a financiamiento y la promoción de políticas diferenciadas para apoyar a este sector vital de la economía.